jueves, 28 de julio de 2011

Spanglish en Internet

Debo empezar con una convicción que cada vez defiendo más: el bilingüismo en una sociedad es una de las cualidades que proporcionan ventajas socioeconómicas que permiten mayor progreso, y por ende resultados anhelados como reducción de la pobreza, mayor inversión extranjera, mejor preparación académica y aptitudinal de la población, entre otros. Casos como el de Singapur (sólo en lo económico), Finlandia, China o India muestran “milagros” en distintas materias gracias a la inversión en educación, incluyendo el bilingüismo. 

En el ámbito cotidiano colombiano también se presentan esfuerzos por alcanzar un nivel de “bilingüismo”, pero lastimosamente un bilingüismo espurio que se acerca más a una práctica de jerga farandulera que a un esfuerzo de desarrollo social.

Está bien que escuchemos música en otro idioma, veamos películas, televisión, etcétera en el idioma que sea; pero de ahí a bajar a eufemismos en los vulgarismos tales como “esta fucking (tarea, fila, vieja, man…)” suena penoso.

Es importante resaltar nuestra identidad, aprender de los demás, hasta emular condiciones extranjeras pero reconociéndonos como lo que somos, sin avergonzarnos de nuestras raíces, valorando la riqueza cultural y el esfuerzo de tantas generaciones detrás de nosotros. De esto que cuando una persona se lamenta de ser hispanoparlante y desea con ahínco “haber nacido donde se hable inglés” caiga sin percatarse en una crisis de identidad y rechazo propio tremendo.

De tal modo que el spanglish no es una salida adecuada a lo que nos propone la globalización sin que este fenómeno sea malo. Es cacofónico este menjurje idiomático donde ese falso dominio de idiomas deja mucho qué desear del significado del aprendizaje de idiomas.

Veamos: esto se evidencia más en Internet, donde, por ejemplo, en Facebook podemos encontrar en las noticias una publicación tipo “mándame un inbox”. ¿Cómo traducirla? ¿”Mándame una bandeja de entrada”? ¿Acaso alguien necesita más de una bandeja de entrada? O, como sospecho, quienes por aparentar una jerga cool (qué absurdo suena decir cool) escriben sin saber lo que significan las palabras que nombran.

Así pues, busquemos el verdadero bilinguismo, dejémonos de extranjerismos mal usados que sólo evidencian nuestra sed de trivialidad y nuestra falta de identidad y orgullo con nuestra lengua. Qué bien me siento de hablar un idioma rico en adverbios, musicalidad, adjetivos y ayudar a hacerlo crecer más. Ahora bien, tampoco hemos de rechazar toda pronunciación inglesa o francesa y caer en la barbaridad de pronunciar “Faceboc”, “Twister” o “aple” sabiendo que merecen un uso adecuado. De hecho, si el extranjerismo cabe y está bien usarlo ¿por qué no?

Por último, propongo reivindicar el uso correcto del castellano y llamar las cosas por su nombre: bandeja de entrada, correo electrónico, mensaje; así como escribir bien anglicismos castellanizados como bluyín.  Y de esta manera encaminarnos a un verdadero y práctico uso de lenguas extranjeras.

P.S.: para los usuarios de Twitter les dejo otro dato: la RAE ha propuesto la castellanización del uso de esta red social, así los tweets se han de llamar tuiteos, y los verbos son tuitear y retuitear. También para los usuarios de las tablets se acordó su término en castellano: tableta (lo anoto porque se había propuesto el horrendo “tablilla”).

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