Hace ochenta y dos años, el 8 de junio de 1929, un grupo de estudiantes se manifestaron en la Universidad Nacional en contra del gobierno conservador, y la entonces recienta masacre de las bananeras, estos estudiantes fueron reprimidos, y por lo menos uno de ellos asesinados por la fuerza pública. Veinticinco años después durante la dictadura del general Rojas Pinilla, estudiantes de distintas universidades de Colombia marcharon en conmemoración de los hechos, esta vez también fueron abordados no por la fuerza pública regular, sino por el batallón Colombia, que recientemente llegaba de la Guerra de Corea. Allí hubo, cuanto menos, una docena de muertos.
Quisiera contar otra historia, y hablar de otro 8 o 9 de junio en nuestro país, decir que un día de estos se recibió un importante premio, o que hubo un hecho enaltecedor para los estudiantes colombianos y por tanto celebramos el día del estudiante en esta fecha. Quisiera que la historia fuera otra –como en algunos otros temas– pero no. La breve reseña del principio es el motivo por el que celebramos el día del estudiante en Colombia, lo que da razón a por qué algunos estudiantes suelen marchar, hacer protestas, llegando en ocasiones hasta disturbios en esta efeméride. Por lo que resulta no menos que lamentable el inicio de una celebración (¿o no ha de llamarse "celebración"?) que ha caído en una retahíla de quejas contra el gobierno, contra el sistema educativo nacional, en vez de ser un espacio de aportes y motivación para seguir avanzando en esta materia.
Y a pesar de que en materia educativa, según los rankings internacionales «nos rajamos», no es mucho lo que demandamos al Estado junto con la sociedad civil, y estos días pasan para la mayoría de nosotros desapercibidos, sin ser un momento para celebrar, ni para proponer, ni para recordar, ni para quejarse. Entonces ¿cuál es el sentido del día del estudiante? Quizás no sea una celebración muy promovida por entidades gubernamentales por los obvios temores hacia las desmedidas manifestaciones a las que se pueden dar lugar. Pero ni siquiera es esperada ni recibida por muchísimos estudiantes, que a diferencia de aquéllos universitarios de la universidad Nacional que se atrevieron a reclamar a un régimen autoritario por sus desmanes, por sus atrocidades. Nosotros mucho menos que eso, no pedimos ni mejor educación, ni mejores condiciones, ni pedimos...
No sé la importancia que esto tome en otros países, pero creo que es importante anunciar con tristeza–y de paso informar a algunos– que hoy 9 de junio es el día del estudiante en Colombia, y parece que a pocos les importó.
P.S.: Algo que me parece sorprendente es que ningún medio de comunicación publicó acerca de esta fecha, y eso que los medios le dan cabida en sus publicaciones a veces hasta a las más absurdas estupideces. El día del estudiante no es una estupidez.
