lunes, 17 de mayo de 2010

Acerca del amor

Caminando por una plaza, cenando, en un tiempo libre o donde quiera que surja, es tan natural una discusión acerca de los comportamientos de los humanos (sin discriminar hombre o mujer) en sus relaciones, muchas veces cayendo en el terrible error de generalizar las conductas añadiéndolas al género. Analizando las relaciones sentimentales sin importar la cultura, ni la época en la que se detalle, siempre se ha motivado la idea de un complemento a la personalidad del ser, una compañía y el aditamento perfecto para dar por hecha la estabilidad de su situación emocional. Siendo entonces este tema, un asunto tan extenso que nos opone traspiés tanto en largo como en ancho, es complicado pretender abarcar sus pormenores en tan solo un escrito.


Pensemos en una pareja que lleve 50 años viviendo juntos, sus bodas de oro, habrán pasado por un sinfín de problemas, pero han sabido superar estos obstáculos, y ellos sí han podido, esto quiere decir que no es imposible llevar una relación duradera, pero tampoco es fácil y un error gravísimo se comete cuando las cosas se toman vertiginosamente, porque no le podemos confiar nuestra estabilidad emocional a cualquier persona.


Yo diría lo siguiente a cualquier mujer que me refute que todos los hombres son iguales “cortados con la misma tijera”, no oculto que eso me incomoda mucho, yo no me considero como todos los hombres.


Falso que todos los hombres son iguales. Partamos de la dicotomía de la naturaleza, el humano se divide en hombre y mujer: las mujeres cada una son distintas, los hombres cada uno es distinto. Sin interesar el género varían los pensamientos, sentimientos, emociones, actitudes, etcétera.


Si yo dijera que todas las mujeres son iguales probablemente lo interpretaran en un contexto sentimental o pasional lo que evidentemente quedaría al descubierto como mentira porque hablando con el corazón, no a cualquiera se le puede confiar el hecho de hacerme compañía y, de darle este derecho a alguien debo confiar en él o ella porque lo merece, también se debe aprender a valorar y entender si su relación es en verdad valedera o no.


Lo anterior tampoco es igual a que todos los hombres son inmaculados, hay muchísimos "hombres" que viven felices de las incautas, incluso hay muchas mujeres que solo han estado con hombres que en realidad no valen la pena.


Yo aconsejo que se elimine este precepto y cambiemos el pensamiento, guiándonos a que en realidad podemos hallar personas que valoren lo que soy y valga lo suficiente para que yo valore lo que es.


Quiero detenerme en donde dice que no pretendo convencer a nadie de que todos los hombres son inmaculados, como todas las mujeres no son inmaculadas, pues sí es cierto que en toda sociedad hay personas con malas intenciones y sí que son personas hábiles para conseguir lo que pretenden, pero todo esto es porque se ha permitido y no se ha sido cauto a la hora de escoger con quién estar.
Las relaciones son un tema complicado, empezando porque es una sociedad en la que cada cual debe colocar el 50% del capital y sería lo más justo que recibiera el 50% de las ganancias pero esto no es así. Me atrevo a decir que en todas las parejas hay alguien que pone más de su mitad, y las cosas empeoran cuando esta persona que se esfuerza más no recibe lo que da: más de la mitad. Este caso se presenta muchísimas veces, es uno de los principios en el declive de las relaciones, pero algo que influye decisivamente en la motivación de cada cual por su relación es la confianza, si no hay confianza no podemos construir nada más.


Muchas personas han terminado con sus sentimientos hechos trisas, es de entender que no quieran confiar en nadie, pero en su dolor pierden siempre una oportunidad más para rehacerse y se niegan a comenzar una experiencia nueva, se niegan desde el momento en el que empiezan con otra persona y recuerdan lo malo de la anterior, desconfiando de esta por cosas que no le incumben. Creo que si decidimos estar con alguien, primero debemos estar seguros de qué tipo de persona es, y estar dispuestos a ofrecerle cuanto sea necesario para mantener una relación, claro, siempre que sea viable porque tampoco debemos perder el tiempo en laberintos sin salida.


A veces el amor es cínico, y todo esto debe eludirse: el cinismo, la monotonía, el egoísmo, la desconfianza, la violencia, el rencor. No hay mejor antídoto contra los anteriores virus que una charla sincera y un pacto de conciencia por los dos, porque las circunstancias no puedan más que un sentimiento.


Amar es estar dispuesto a que las personas que son importantes en nuestras vidas elijan sus caminos, y no insistamos en nuestros intereses, amar es poder perdonar a quien ha fallado y enseñarlo, corregirlo, amar es estar dispuesto a dar lo mejor de sí, para que los demás den lo mejor de ellos, amar es tomar la iniciativa de dar el primer paso, y el primer paso es lo más importante en todos los proyectos. ¿Por qué no lo das tú también? Así ya tengas alguien a tu lado, hazlo, valóralo (a), porque no estará ahí para siempre…