lunes, 16 de mayo de 2011

La Bestia: ¿libre?

La historia de Luis Alfredo Garavito, el segundo asesino en serie del mundo, es una de las más escabrosas que se pueda oír, es quizá, el ejemplo de pedofilia y tortura más canalla que se conozca, y su ajusticiamiento es también, una de las mejores burlas que el Sistema Judicial Colombiano le ha hecho a nuestra sociedad.


¿Cuánto vale una vida humana? Es una pregunta que me hago cuando intento entender la tasación de la pena de un asesinato, ¿cuánto vale la vida de un niño? Seguramente todos coincidimos en que no hay valor que remplace una vida, pero también en que la pena por el asesinato debe ser ejemplar frente a un crimen tan atroz. Pues bien, quiero formular otra pregunta, ¿cuánto vale la vida de más de 185 niños y niñas? ¿Cuántos años de prisión se debe pagar por ello?


Alias la Bestia violó y asesinó niños y adolescentes entre 6 y 16 años, la Fiscalía investiga el asesinato de 176 menores en 59 municipios del país. Decir lo anterior es eufemístico, decir ‘asesinó’ es hablar superficialmente, porque para describir grosso modo la depravación de este hombre habría que decir: persiguió, acosó, abusó, violó, apuñaleó, descuartizó, degolló, y disfrutó todo lo anterior con niños y niñas.


En el 2006 en una entrevista Garavito dijo que no había violado a ningún niño, que había actuado por orden del diablo, que se estaba recuperando en el seno de una iglesia protestante y que quisiera quedar libre, lo merece, y tal vez algún día aspiraría a una curul en el Congreso de  la República. Ayer en Especiales Pirry apareció con un cinismo similar, hablando con total naturalidad, aceptando víctimas, y dando esa sensación de que “¡ya qué!, ya los maté, ya déjenme libre”.


Hay cosas absurdas en este país, como pensar que la lentitud del Congreso para aprobar una Ley que dé prisión a los ladrones de celulares siga cobrando tantas vidas diariamente, como pensar que aquí es igual matar uno que matar a diez o cien, y que matar, torturar, secuestrar, violar, estafar, y cuantos delitos existan tienen un límite penitenciario de 40 años.


Todas las condenas en contra de Garavito suman 1.853 años y 9 días, pero de acuerdo a lo dicho en el párrafo anterior la justicia colombiana le aplicó la mayor condena: 40 años, es decir que pagaría unos cuantos meses por cada crimen. Pero no son 40 años simples, porque aquí por todo dan rebaja de pena, y por colaboración con la justicia se rebaja la pena a tres quintas partes de la condena, además por buena conducta, estudios, y demás posibles privilegios la rebaja sería tal que podría quedar libre en este mismo momento.


“De quedar libre lo matan”, dicen muchos al referirse a lo anterior. Lo cierto es que vengar con la misma medida sería aplicar la famosa ley del talión, y pensando en los derechos humanos que reclamamos no sería lo correcto, sólo hablaré de lo correcto, no quiero debatir qué es lo justo… ¿No creen que a este señor el Estado sí le daría protección? De acuerdo a la lógica de la realidad pienso que sí. Igualmente debemos mirar quiénes son las víctimas. No eran niños de apellido tal vez Vélez, tal vez Calderón, eran niños de familias humildes, de esas familias como cualquier otra, sus madres son madres que guardan la esperanza de que sus hijos no estén muertos, que no hayan tenido ese miserable final.


En este momento el Congreso debate una reforma al artículo 34 de la Constitución para permitir la cadena perpetua a los violadores de menores de 14 años por medio de un referendo. Lo peligroso de esta reforma es que no todos los crímenes tienen los mismos agravantes, y por tanto es necesaria la inclusión de la partícula “hasta cadena perpetua”, de tal modo que sea facultativo y no impositivo.


Pero aun así aprobándose este referendo Garavito quedaría libre en unos pocos años, dado que la justicia no es retroactiva, es decir, no mira hacia el pasado y los ajusticiados sólo pueden ser juzgados nuevamente por una ley posterior a su crimen si esta le favorece, de lo contrario no.


De cualquier modo la sociedad colombiana debe prepararse para tener de nuevo a este psicópata libre, con grandes probabilidades de reincidir en el delito, y más allá de las marchas que se convoquen (¿qué tanto concientiza una marcha?), tenemos que exigirle al Estado el endurecimiento de las penas para los violadores, y proteger a nuestros niños, porque no es sólo Garavito, son miles de violadores en este país con casos similares (pero menos populares) sin una condena razonable.


La bestia: ¿libre? Me temo que muy probablemente en poco tiempo así será.

3 comentarios:

  1. Vicente, primero que todo, felicitaciones!! esta escribiendo muy bien y segundo, que horrible es la realidad de colombia no? Solo espero que esta polemica incite al estado a generar alguna nueva reforma para hacer pagar esos 1800 años de carcel que ese señor merece.

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  2. Ojalá así fuera, pero como van las cosas lo veo complicado.
    Creo que es más importante pensar en una mejor defensa de los niños, empezando desde la familia.
    Un abrazo Andrea.

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